En lo profundo de una tumba ricamente decorada en Luxor (antigua Tebas), los arqueólogos desenterraron no solo los restos de un arquitecto llamado Kha y su esposa Merit, sino también una visión fascinante de sus vidas, a través de una peluca notablemente conservada que pertenecía a Merit. Descubierta en 1906 por el arqueólogo Ernesto Schiaparelli, la peluca de cabello humano de color marrón oscuro se encontraba dentro de una caja alta de madera de acacia con el nombre de Merit inscrito, y su superficie brillante insinuaba los aceites fragantes que se habían aplicado siglos antes.

Este descubrimiento fue más que un simple tocado adornado; proporcionó una ventana a los meticulosos rituales de belleza practicados por las élites del antiguo Egipto. El hallazgo también incluyó momias meticulosamente elaboradas y adornadas con joyas, el cofre de cosméticos personal de Merit repleto de herramientas de aseo e incluso su colección cuidadosamente ordenada de horquillas, navajas y peines, artefactos que ahora se encuentran en el Museo Egipcio de Turín, Italia.

La peluca en sí, probablemente usada sobre el cabello natural afeitado o muy corto de Merit, mostraba elaboradas técnicas de peinado. Las intrincadas ondas rizadas formadas trenzando el cabello mojado y dejándolo secar estaban de moda entre las mujeres de este período a mediados de la dinastía XVIII. Como se ve en numerosas pinturas y estatuas de la época, estos peinados a menudo complementaban flores delicadas y diademas ornamentadas, añadiendo más estilo a su ya llamativa apariencia.

Las pelucas no eran meras declaraciones de moda; también sirvieron para fines prácticos. Para la élite egipcia, las pelucas proporcionaban peinados elaborados y al mismo tiempo los protegían de la intensa luz solar y de los piojos, molestias comunes en la era anterior a las prácticas de higiene modernas. Mientras que algunos se afeitaron la cabeza por completo antes de ponerse una peluca, otros optaron por llevar su cabello natural corto debajo del adorno externo.

Más allá de las pistas visuales sobre el peinado de Merit, los científicos utilizaron métodos analíticos avanzados para obtener información aún más profunda sobre su régimen de belleza. En 2016, los investigadores emplearon espectrometría de masas por cromatografía de gases en la peluca y el peine de Merit, revelando un fascinante cóctel de sustancias aplicadas para mantener tanto el estilo como la salud del cuero cabelludo. Los aceites vegetales probablemente suavizaron y acondicionaron el cabello, funcionando de manera muy similar a un antiguo gel para el cabello, mientras que los rastros de colesterol en un peine indicaron su uso durante la vida de Merit para un manejo meticuloso del cuero cabelludo.

La presencia de aceite vegetal, goma de mascar, bálsamo y cera de abejas incrustados en los dientes del peine confirmó que Merit peinó diligentemente su cabello antes de sujetarlo con la peluca, logrando una apariencia elegante y pulida que favorecían las mujeres de su estatus en el antiguo Egipto. Los restos conservados de la rutina de cuidado personal de Merit no sólo ilustran los elaborados estándares de belleza de la época, sino que también demuestran hasta qué punto el análisis científico puede iluminar las complejidades de la vida cotidiana en la antigüedad.

A través de artefactos como la peluca y el peine meticulosamente conservados de Merit, los historiadores continúan desentrañando el intrincado tapiz de la vida cotidiana en el antiguo Egipto, revelando detalles sobre costumbres sociales, prácticas de higiene e ideales estéticos que han cautivado a generaciones desde su descubrimiento.

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