La tendencia mundial a la disminución de las tasas de fertilidad ha atraído una atención renovada hacia las personas que no tienen hijos: aquellas que conscientemente eligen no tener hijos. Si bien las investigaciones destacan la creciente prevalencia de personas sin hijos en los países más ricos, se sabe menos sobre su número y motivaciones en los países en desarrollo. Un nuevo estudio publicado en PLOS One desafía las expectativas y revela porcentajes sorprendentemente altos de personas sin hijos en varios países en desarrollo.
Dirigido por los investigadores Zachary Neal y Jennifer Neal de la Universidad Estatal de Michigan, el estudio analizó datos demográficos de un vasto conjunto de datos recopilados entre 2014 y 2023 a través del Programa de Encuestas Demográficas y de Salud (DHS). Este programa, una colaboración entre los Estados Unidos y socios locales, se centra en recopilar información completa sobre fertilidad a nivel mundial.
Para profundizar en estas tendencias complejas, el equipo de investigación desarrolló un software especializado capaz de analizar datos del DHS de países en desarrollo con una precisión sin precedentes. Al examinar las respuestas de más de 2 millones de personas en 51 países en desarrollo, identificaron una variación significativa en la prevalencia sin hijos entre países, incluso dentro de la misma región geográfica.
Por ejemplo, entre las mujeres solteras de entre 15 y 29 años del Sudeste Asiático, Filipinas mostró una tasa estimada de 7,3% sin tener hijos, en comparación con sólo el 0,4% en Indonesia. Papua Nueva Guinea surgió como el país con el porcentaje más alto de mujeres solteras sin hijos (entre 15 y 29 años), con un 15,6%, mientras que Liberia tuvo el más bajo con un 0,3%.
El estudio va más allá de los meros números y explora los posibles factores que contribuyen a estas tendencias. Los investigadores encontraron una fuerte correlación entre el nivel de desarrollo humano de un país y su tasa de ausencia de hijos. Este “desarrollo humano” abarca la salud, la educación y los niveles de vida medidos por el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Los países con puntuaciones más bajas en el IDH, como Chad, mostraron tasas más bajas de niños sin hijos (alrededor del 1%), mientras que las naciones con IDH más altos, como Turquía, mostraron tasas considerablemente más altas (alrededor del 6%).
La igualdad de género y las libertades políticas también parecieron influir en la prevalencia de la niñez, aunque en menor medida. Estos hallazgos sugieren que la decisión de no tener hijos trasciende las fronteras socioeconómicas y se extiende incluso a países que enfrentan desafíos de desarrollo.
Este estudio destaca la naturaleza global de esta tendencia y exige más investigaciones sobre las necesidades y experiencias específicas de las personas sin hijos en contextos en desarrollo. Subraya la importancia de comprender las elecciones individuales dentro de un marco social más amplio, especialmente a medida que los patrones de fertilidad continúan evolucionando en todo el mundo.
























